miércoles, 28 de mayo de 2014

EL IMPRESCINDIBLE                                                                                   .
La familia  tradicional, de costumbres civilizadas, se siente a salvo de cualquier contingencia si tiene en casa suficiente papel higiénico.
Llegué a esta conclusión en el delicioso paseo de las mañanas, que desemboca siempre en Almacenes Éxito de Laureles, en Medellín, Colombia, Sudamérica.
Había tal cantidad de gente, que era difícil transitar, las personas lucían despelucadas y sudorosas; me preocupé porque nunca había visto tal barullo en el centro comercial, es que en mi país siempre tememos los atentados perpetrados por bandas criminales que extorsionan a todos los que producen y comercian legalmente y si no cancelan la cuenta semanal, quincenal o mensual, les plantan una bomba.
Pues no era un atentado de las BACRIM: había una oferta especial de ‘lleve 24 y pague 12’ rollos de papel para el baño.
Vi decenas de personas llevando en los carros grandes pilas del preciado material, observé, con el disimulado aire que nos damos los escritores para escrutar el devenir, que en procesión iban de cuatro a seis miembros de una sola familia.
La gran marea de colombianos acarreaba solo papel, nada de comida, entonces me hice la pregunta  ¿Si no comen qué van a limpiar?
Porque los venezolanos que se quejaron durante semanas por la carencia de él y que casi logran derrocar al presidente Maduro por eso, se ven algo pasados de peso (señal de que comida si tienen) y que su angustia es válida precisamente porque comen, digieren y evacuan en grandes porciones.
Al llegar al apartamento usé el buscador de Google, que todo lo sabe, y encontré algunos datos que copio y pego:
• Aunque existen ciertas pruebas que mencionan su uso en la historia de la humanidad ya en el siglo VI a. C. En el siglo IX, las personas solían limpiarse con hojas de lechuga y con agua.
• En la antigua Roma se practicó el hábito de la limpieza que hoy se asocia con el uso del papel. Una esponja amarrada a un palo y sumergida en un balde de agua salada estaba a disposición en los baños públicos. Los usuarios compartían la herramienta, con la que se "refrescaban".
• En 1391 emperadores chinos ordenan la fabricación de hojas especiales para el baño, de 0,5 x 0,9 metros de longitud.
• Los colonos norteamericanos prefirieron las mazorcas de maíz hasta bien entrado el siglo XVIII.
• En islas como Hawái, se utilizaban las cortezas de coco. 
• En otras zonas del planeta encontraban muy útiles los libros y revistas de toda clase. Cuando los periódicos se volvieron cosa común en la sala de la casa, a principios del siglo XVIII, pronto se hizo del baño su "segundo hogar". Por lo anterior, en ese tiempo la gente defecaba y leía con fruición.
• El almanaque del agricultor venía con agujeros para una rápida acción de "lea y limpie".
• Los catálogos de grandes almacenes, como Sears, no tenían desperdicio.
• 1857 El empresario neoyorquino Joseph Gayetti sacó a la venta el que llamó "papel terapéutico Gayetti". Terapéutico, en verdad, dados los antecedentes: se trataba de hojas de papel especiales para el baño, aderezadas con humectante, y en presentación de quinientas por paquete, a 50 centavos de dólar cada uno; toda una fortuna para la época.
• 1867 Dos hermanos estadounidenses, llamados Edward y Clarence Scott, consiguieron popularizar en Estados Unidos el uso del papel higiénico, gracias a que ofrecían el producto en pequeños rollos.
• En 1932 la depresión obliga a los fabricantes a repensar su estrategia de ventas. La marca Charmin introduce el paquete económico de sólo cuatro rollos.
• Pero, quizás, el gran reto para la tecnología del papel higiénico fue por largo tiempo el de lograr una fibra más "gentil" al tacto. En este sentido, la introducción del papel de dos capas en 1942 por parte de la empresa St Andrew, en el Reino Unido, fue un avance notable.
• La importancia del papel de baño fue reconocida en 1944, cuando el gobierno de EE.UU. distinguió a una de los fabricantes, Kimberly-Clark por sus "heroicos esfuerzos" en el suministro del producto a los combatientes durante la II Guerra Mundial.

@yastao
  

viernes, 9 de mayo de 2014

YA PASÓ EL TIEMPO

Ya Pasó El Tiempo

En que los aborígenes de Sudamérica caminaban como sombras entre la población criolla y mestiza que los usaba como a bestias.
Era tanto el temor, que no respeto, que jamás alzaban el rostro para dirigirse a los esclavistas, que idearon refranes que justificaban su modo de proceder ante los sometidos, por ejemplo:
-         Indio que mucho te ofrece, indio que nada merece.
-         Indio que quiere ser criollo, al hoyo.
-         Indio que va a la ciudad, vuelve criollo a su heredad.
-         Indios y burros, todos son unos.
-         Ni indio ni fraile, cierra la puerta que abre.
-         No hay indio que haga tres tareas seguidas.
-         Quien vio un indio, un pueblo y un mono, ya lo vio todo.
-         Tanto dura un indio en un pueblo, hasta que lo hacen alcalde.
También hay sentencias por parte de los aborígenes, vamos por ellas:
-         Si es indio, ya se murió; si es blanco, ya corrió.
Haji Yine es un gran constructor de frases, en ellas se refleja la profundidad de su convicción del ser  y de su responsabilidad como vocero de un universo particular que es la Amazonía:
-         “Si la droga fuera producida en territorio norteamericano, nadie intentaría una intervención. El Plan Colombia es una imposición y una falsedad.
-         Como pueblos que somos, estamos dispuestos a continuar siendo diferentes con origen e identidad.
-          Que los dioses transmitan a los corazones de cada ser humano la revolución de amistad, la construcción de la paz y condena a la guerra y aquellos que la promueven.
-          No estamos en contra de la evolución y sostenibilidad humana, pero no podemos permitir que antes de nacer nuestros hijos estén condenados a pagar una deuda que nosotros no hicimos.
-         El agua no es solo un recurso estratégico, es vital para la supervivencia de todos los seres vivos del planeta y ahora se ha convertido en una mercancía... que aumenta la riqueza de algunos pero también aumenta la miseria de millones”.
-         Debemos saldar la historia de nuestra identidad con nuestros cuatro abuelos: El abuelo indígena, el abuelo negro, el español y el inmigrante árabe, polaco, italiano o de las demás inmigraciones: Hugo Chumbita.
-         La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos
-         alcanzar un mundo de paz: Rigoberta Menchú.
-         ¡Prensa omnipotente, señora del mundo, tú que dispones de la paz y de la guerra; tú que posees, como Dios, el don de cegar a los pueblos a quienes quieres perder, continúa impertérrita tu marcha!: Maeztu, Ramiro.
Ahora usted, sea cual sea su procedencia étnica, coteje y elija cuáles mensajes tienen más altura ideológica.

 @yastao