domingo, 23 de febrero de 2014

LA LOCURA

Si todos pudiéramos ser partícipes de los viajes fantásticos que emprenden los locos sin necesidad de desplazarse a ninguna otra parte que no sea el sitio para vivir pensando, es probable que nos acercáramos a la verdadera vida.

Eso de estar loco es un reto a la fantasía, pues hasta a la hora de comer se convierte en viaje al fondo de la tierra pensando en el tubérculo que comes sazonado por alguien que tal vez maldecía cuando lo pelaba sin pensar la maravilla que tiene en sus manos. Así pasa la vida el loco, elucubrando maravillas de las que nadie sospecha y del que todos sospechan.

Es fatal para el cuerdo convivir con el loco,  es como vivir con un niño caprichoso que no desea entender nada de lo que le enseñan, es vivir con el terror soterrado y  creciente de que de pronto un día, a una hora predeterminada por su locura decida darte muerte para asesinar contigo a su fantasma escarnecedor.

Cuando entra en escena el mediador entre tú y él, el psiquiatra, la vida tiende a tomar tintes dramáticos e impredecibles, este profesional osado, que hace viajes a la mente de los otros (al menos eso cree él) se convierte en el enemigo a muerte del loco hasta ese entonces libre, ese desconocido logra matar tus ánimos de explorador, querido loco, te aplasta, te aniquila, convierte tu inteligencia cósmica en un remedo de vida aparentemente inteligente, porque te induce a entrar bajo los parámetros de la civilización que tu anhelas eludir. Tu familia le paga lo que pida con tal de que te saque a la realidad de ellos, aprende experimentando contigo a utilizar varios productos químicos.

Explica a tus dolientes lo que te aqueja con un aire de dignidad cuasi divina, con palabra inventadas por otros célebres embaucadores históricos que un día decidieron escribir libros sobre las experiencias vividas con otros pobres mortales. El médico psiquiatra aprende de ti, de tus viajes, de tu ingenio para buscar el alma de las cosas; se apropia de tus sueños y los explica a su manera, a la manera de los  embaucadores anteriores a él; cuando encuentra ese destello inmortal en tus “fantasías” lo aniquila con buenas dosis de Akinetton y aterrizas en la realidad de los demás con la lengua del tamaño de tu cabeza y la sensación espantosa de ser otra vez igual a todo el mundo.

Los sabios y científicos, los filósofos, toda esa gente a la que se le debe la muelle comodidad de los habitantes del planeta que tienen el dinero suficiente para comprar sus  libros y sus inventos, fueron o son locos a quienes dejaron en paz, es seguro que en la época del esplendor de los egipcios los sabios a consultar para tomar serias decisiones fueran las mentes que ahora asesinamos con dosis mortales de químicos.

Nunca podrás determinar en qué momento decides volverte loco, pero eso sí, casi siempre sucede después de un hecho doloroso que aniquila tu modo de vivir hasta ese día y entonces ocurre la chispa maravillosa que te desconecta del tiempo en que naciste y te traslada al de tus sueños. 

Es así como vives dos vidas paralelas, completamente diferentes, una, la tuya llena de fantásticos amaneceres y anocheceres de misterios y la de los pobres de la otra esfera que te obligan a comer y  beber, te obligan a vestir sus ropas de civiles ordenados y a sonreír estúpidamente ante sus comentarios que ellos creen sacros, y en ocasiones llenos de misericordia ante ti pobre alma alucinada. 

Pero cuando te dejan solo, qué maravilla, si quieres te refiero como vive ese loco que hay dentro de ti y de mí, ese que desprecias porque no sabes usarlo a tu antojo, ese que no puedes manipular, ese que ríe por no llorar, ese que salta de tu realidad para no ver la chispa de la ambición en tus ojos, ese que se encoge en un rincón para que no le veas el alma que te ama muy a su pesar.


El loco es loco porque padece de amor, ternura, caridad, cariño, como podrás apreciar, sólo adolece de los sentimientos, por tanto, cada vez que tratas de tocarlo por fuera él reacciona con agresividad, puesto que precisamente lo que no desea es que le toques el cuerpo físico sin amar el psíquico, es una reacción de choque fuerte y poderosa, él solo acepta tu disposición espiritual,  y si aprendes esto,  enséñaselo a todo el cuerpo médico del mundo que habitas porque de pronto así se romperá la barrera espacio-temporal que nos separa radicalmente. 

lunes, 17 de febrero de 2014

Hay ahora más escritores que en toda la historia de la humanidad

Escriben memorias las damas del espectáculo, los hombres de la guerra, los políticos, los presos, los periodistas (ellos son los que más derecho tienen), y sígale añadiendo, que lo más probable es que usted tenga algún pariente o amigo (a) que esté ahorrando para publicar un libro.
Los dictadores  mandan a confeccionar uno que siempre es ’El libro blanco’ que explica sus atrocidades con una desfachatez que asombra e insulta al humano lector, con gran profusión de material gráfico (desde luego que los registros de sus crímenes atroces no aparecen).
 Desde el cautiverio se han escrito muy buenas novelas, que ahora no pienso mencionar, para no ser  fatua posando de sabihonda; así que no es novedad contemporánea.
 Los perversos se han refugiado en la escritura, también los locos, hay que estarlo para ponerse a inventar cualquier cantidad de diálogos, gastando neuronas para llenar un número determinado de  cuartillas. Aun cuando confieso que me entretenían cuando era lectora de novelas, incluso me identificaba con algunos de los personajes. Bueno, es probable que sea por envidia que he escrito lo anterior, ante mi incapacidad de escribir bien, pero no lo voy a borrar.
 El teatro es otra cosa; personalmente me sé poseedora de algunos malévolos rasgos de personajes desenmascarados por William Shakespeare. Incluso, cuando me siento vacía recurro a él, para atisbar la condición humana (expresada perfectamente en mí) tal cual es, en todas las épocas, en todos los continentes.
 Los jóvenes de hoy que tienen acceso a Internet son todos escritores, y de los buenos: sostienen unos diálogos con varias personas durante horas, son adictos al intercambio de ideas, pero de otra manera ¡Es que no podemos esperar que se pongan a leer y  escribir con papel y lápiz, teniendo un tesoro que jamás se imaginaron Cervantes y Shakespeare!

@yastao

lunes, 10 de febrero de 2014

LA BELICOSIDAD ES PRIMITIVA Y CONTAGIOSA



“El gran paso para que se produzca el tránsito desde el estado primitivo a la civilización es precisamente que el individuo salga de su retraimiento y se relacione amistosamente con los que no pertenecen a su clan”.
José Manuel Reverte

La guerra es, desde remotas épocas, el procedimiento que pone en juego el hombre primitivo para solventar las disputas que surgen entre grupos por un territorio.

Se habla de un instinto de ferocidad inherente a la humanidad, que explicaría los combates y la guerra, pero tal vez debamos pensar en una educación guerrera inducida por la necesidad de defensa.

El hombre se siente atraído por la guerra. La guerra es un procedimiento para distinguirse en una colectividad que otorga al guerrero toda clase de prerrogativas y honores. Las mujeres, además, prefieren a los hombres que dan pruebas de ferocidad salvaje, se sienten protegidas del asedio de otras bestias. 

La guerra ha influido en gran manera en las costumbres de la humanidad, con la captura de mujeres desapareció el matriarcado como forma familiar y se pasó al patriarcado, dentro del cual el varón  se convirtió en centro y cabeza de la familia.
En Colombia, en las dos últimas décadas, tal vez precisamente por la guerra, las mujeres cabeza de familia imperan, por tanto, estamos a las puertas de una nueva organización de la familia.

La guerra ha favorecido la exogamia, es decir, el matrimonio fuera del grupo. Entonces, la mujer se convirtió en factor de progreso al introducir nuevas costumbres; pues las mujeres, tradicionalmente dedicadas a la agricultura, aportaron el conocimiento de nuevos métodos en grupos humanos más atrasados. De modo que la mujer, que provoca guerras, compensa con los bienes que aporta.

Además, la guerra es una forma de distinguirse, los gobiernos llenan de distinciones al guerrero valeroso, que vivo o muerto, llega vencedor del combate, es la salvaguardia del colectivo.

En casi todos los pueblos, los jóvenes se endurecen con el espectáculo de la sangre vertida, del dolor y de la muerte. Veamos un caso: los ‘kavirondos’ del este de África, montan sobre sus espaldas los cadáveres de los enemigos muertos en el campo de batalla y los depositan en la plaza del poblado; allí destrozan meticulosamente los cuerpos de los muertos para endurecer los espíritus jóvenes a la vista de la sangre (cualquier parecido con sucesos acaecidos en algunos pueblos colombianos no es coincidencia, son ‘recursos’ aprendidos por las mentes que los dirigen).

El hombre primitivo considera a su grupo como el centro de todos los pueblos. Ha de creer que su tribu es superior a todas las restantes y estar convencido de que su manera de tratar los problemas es la única válida y definitiva, sólo así se siente seguro... que es lo que marca la pauta de la caterva que sigue a Álvaro Uribe Vélez.

Este etnocentrismo concentrado exclusivamente en un grupo humano que sobre valora sus cualidades y forma de vida, es causa primordial  de guerra en todas las épocas y en todas las civilizaciones.

“El gran paso para que se produzca el tránsito desde el estado primitivo a la civilización es precisamente que el individuo salga de su retraimiento y se relacione amistosamente con los que no pertenecen a su clan”, fue lo que testificó José Manuel Reverte, y es corroborado por la fundación de la más grande cooperativa del mundo occidental contemporáneo: La Unión Europea.
@yastao


martes, 4 de febrero de 2014

EL SIMULACRO PREVALECE EN LAS MARCHAS

EL SIMULACRO  PREVALECE EN LAS MARCHAS
Mi columna publicada el 13 de febrero de 2008

Entre los intelectuales alquilados, los revolucionarios hipócritas, los políticos fariseos, y el colectivo en pleno. Es que es fácil denostar de todo y de todos, crucificar al caído (así no esté plenamente comprobado su delito), dar muestras de indignación ante los yerros ajenos, soslayando el espejo que nos muestra el verdadero rostro que ocultamos tras la máscara de ciudadanos ‘decentes’.

Aquí cabe introducir un trozo de alguna estrofa del tango “Cambalache”, y si usted lo ha adoptado como su himno del alma, pues cántelo ahora, para paliar en algo la indignación que le causa la lectura de esta nota.

Fue fácil marchar en contra de las Farc, fue lícito, necesario, edificante y aplastante, el planeta se enteró que poseemos alma y dignidad, que somos una nación esforzada en el diario ejercicio del trabajo y del placer (no podemos negar que buscamos por doquier la diversión, y ni quién lo condene, pues es sano para la psiquis) y vibramos a una escala cósmica y al unísono, fuimos uno.

Ahora nos convocan para que hagamos lo mismo el próximo mes, pero en contra de los paramilitares, y no he escuchado sobre esta citación la exhaustiva difusión por radio y televisión que nos aplicaron minuto a minuto, hora a hora, día a día, hasta que nos inocularon la necesidad de manifestarnos como pueblo respetable y soberano.

No me atrevo a hacer suposiciones por pura hipocresía, no quiero quitarme la máscara por el mismo miedo que domina al colectivo nacional, pero puedo introducirme en el tema con lentitud extrema para no causar (me) daño.

Tal vez aún vivamos bajo la dominación de ellos pero no lo reconocemos en público, tal vez sea necesario existir bajo la opresión de algo o alguien –así están edificadas las civilizaciones, así fue concebido el Contrato Social, así caminan derecho todas las naciones- necesitamos el castigo para comportarnos adecuadamente con las circunstancias, esto ya lo dijo de otra manera José Ortega y Gasset: “El hombre es él, más sus circunstancias”.
Tendremos que estudiar algunas corrientes filosóficas para entender el momento histórico por el que navegamos, creo que podremos empezar por el Determinismo Geográfico, que es algo tan simple como asegurar que los ríos son la principal causa del origen y desarrollo de las civilizaciones; actualmente lo bautizaron como Geopolítica.

La República de Colombia se rige por una Constitución Política, en la de 1991, en el Capítulo 4, Artículo 101,  habla del Territorio que comprende  también, el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica, el espacio aéreo, el segmento de la órbita geoestacionaria, el espectro electromagnético, y el espacio donde actúa, de conformidad con el Derecho Internacional o con las leyes colombianas a falta de normas internacionales. Noto dos inexactitudes que podrían acarrear problemas geopolíticos: Primera: habla de un (1) mar y posee dos(2). Segunda: el espacio donde actúa no está establecido en términos de kilómetros cuadrados, y no menciona los países limítrofes.  Este tema lo manejan expertos que el gobierno no consulta, están de embajadores en otros países, por tanto, no saben, no responden.

Entonces, si en términos geopolíticos internacionales no tenemos un territorio físico predeterminado ¿qué podremos decir de los territorios internos usufructuados por agrupaciones con ejércitos particulares  que manejan el suelo patrio como distritos privados, que tienen sus propias leyes y unas metas más definidas que las del mismo Gobierno legalmente establecido?
Creo que dejaremos la charla en suspenso, asegurando que Colombia es una Federación: Unión de diversos Estados Particulares que tienen en común ciertos servicios y funciones y una autoridad central superior, y tal vez podríamos optar por actuar y pensar como en la antigua Grecia, donde se formaron Federaciones de Estados para defenderse de los invasores.
@yastao






lunes, 3 de febrero de 2014

CARTA A MI HIJA


Hija

Ahora que sé que no vendrás, los objetos empezaron a tomar nuevas formas que hablarán de lo eterna y solapada que puede ser la eternidad  sin tu presencia. Empiezas la travesía por senderos desiertos de mí. 


Para cuando quieras regresar por minutos, días o años, cada centímetro cuadrado de este cascarón habrá adquirido la dimensión exacta de mi alma, que desea legarte:
Libros subrayados en el texto exacto que conducirán  tus sospechas de la realidad hacia un mundo en el que ya todo está pensado, expresado y manifestado. Son para que los uses, para que los legues traducidos a la manera práctica en que tú sabes hacer las cosas, de tal forma que nadie se pierda en disquisiciones absurdas y ampulosas de esas que usan los catedráticos que no escriben.

Aprenderás, como yo, a acariciarlos olerlos y besarlos cada vez que te corroboren en una idea que flotaba difusa en tu conciencia, y así, de pronto una tarde, te sorprenderás escribiendo una canción para alguien del futuro.

Y mientras tanto, te envío unos consejos: a la manera de cualquier arquitecto de cualquier era, reviso cada metro de esta casa tuya para prever que no se desparrame y se diluya con las lluvias o se disperse al sol, para que cuando la quieras usar, cuando realmente la necesites como puerto, esté incólume en el tiempo, cimentada en el amor al conocimiento, que jamás sobra.


En ella descubrirás universos paralelos. Por ejemplo: Percibirás que es época de podar los árboles cuando comiences a barrer demasiadas hojas amarillas.
Notarás la necesidad de pintar sus muros exteriores cuando deje de ser paisaje y se vea como ruina.
Aprenderás a cerrar los grifos sin hacerles demasiada fuerza para que no se desgasten las arandelas y los tornillos, y comiencen a gotear.
Lucharás por no dejar pasar desechos sólidos por los sifones cuando tengas que usar la ‘chupa’.

Sabrás que es hora de combatir las hormigas cuando te empiecen a dejar sin sombra.
Derrotarás a los ratones y otras alimañas no dejando comida destapada, ni platos sucios.
Advertirás que la exquisitez de usar sábanas y toallas limpias requiere de un mínimo esfuerzo semanal; lo mismo vale para todas tus prendas de vestir, los cepillos y peines para el cabello.

No seas perezosa, aborda cada oficio con la certeza de que te aportará beneficios tangibles e inmateriales.
Sonríe al día naciente, solázate en ser espectadora de la creación, que no mengua, pues es fábrica de sorpresas del ahora, para siempre. Para facilitarte el éxtasis, tengo para ti, colgada del árbol de mango que tiene tu misma edad y de la ventana que inunda de luz y brisa la cocina, una hamaca con olor a naturaleza intacta, permítete su abrazo, en él constatarás que jamás dejarás de sentirte en mi regazo.

En mi escritorio, en el cajón superior derecho (las llaves están colgadas en el tablero de lo pendiente) están todas las obras que escribí desde que sentí tu palpitar en mi vientre y mi espíritu comenzó a maquinar cómo serías en cada etapa de tu crecimiento. Si algún día tienes tiempo, o deseos de leerlas, podrás hacerlo con comodidad, pues están digitadas en computadora, con formato RTF, debidamente corregidas. Son veinte años de creación desinteresada, porque el que escribe pensando en que tal vez ganará algún premio, no lega espíritu: En todas está mi alma niña, que reclama un sitio seguro dónde seguir creciendo, dónde edificarte otro hogar, partiendo de otras premisas que nada tiene que ver con muros, porque, ten siempre presente: soy tu maestra, quizá en alguna época querrás ser mi alumna.

Con un amor que sólo una palabra puede describir:

Tu mamá