sábado, 24 de agosto de 2013

LO QUE DEJASTE: Tu epistolario, Adriana (Novela)





Aquí, abril 15 de 1987



Amada hermana Rosa:


Hoy es un día especial... descubrí que los seres humanos muy cercanos no son verdaderos hermanos, ni novios, ni esposos, ni tíos, ni siquiera amigos: son rivales,  como fieras,  por la posesión de bienes materiales sustituibles.

Pero dime tú, hermana, qué puedo esperar de la humanidad, yo, alma perecedera que trata de trascender para no morir de tristeza, escribiendo esto para que tú algún día puedas decir que me conociste, que viste el alma atormentada por una ignominia continuada de un ser carcomido por las penurias olvidadas hace centurias por los seres que vuelan con la imaginación.

Mírame, mírate, y dime si tiene algo de lógico que haya una persona que al asomarse a nuestros ojos  alma, no entienda que la materia también puede ser inmortalizada por la mirada inenarrable y aterciopelada de una mujer  madre hermana  hija.

Observo a la humanidad masculina de este siglo a fenecer, le grito al rostro que hoy, Día del No Maltrato a la Mujer (es decir, que sólo tenemos un día de asueto al año) inventado por ellos para abstenerse de dar una tunda física o moral a las bestias encerradas en cualquier cubículo de este mundo que está muriendo a punta de insensibilidad y carencia  de amor verdadero ¿qué haremos los demás días?... son trescientos sesenta y cuatro... ¿Nos esconderemos debajo de la cama a esperar que ese macho malvado, y sin trazas de espíritu inmortal, se ausente del hábitat para salir como perras regañadas a hacerle la comida que engullirá sin decirte que sabroso te quedó este bocado de amargura refrenada y humillada?.

 Malvados seres sin conciencia de lo que es la verdadera dignidad olorosa a ajo y cebolla mezclada con lágrimas de amor hacia los frutos mal tenidos, inicuos seres de tres patas que dominan la conciencia vencida de una pobre alma con un requiebro o una caricia apropiada en el trasero.   Mujer elemental, permites que tu alma sea vencida por el rasero del trasero.

Te recuerdo siempre,

Adriana



No hay comentarios:

Publicar un comentario