Desde mi Cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro
¡JUSTICIA!
Estoy
de acuerdo con Gustavo Petro, el aguerrido individuo que persigue la verdad por
encima de lo que sea, y que como hombre joven primero exploró el mundo y se
acogió a una tribu que perseguía el poder con el uso de las armas, pero que
ahora, en la madurez plena, proscribe todo acto violento y le pide a la
guerrilla que entre en el proceso de democratización que él acogió –y donde no le
ha ido nada mal - para que entremos en el nuevo orden mundial que no excluye
los movimientos de izquierda, pero que tampoco aniquila a los de derecha porque
todos caben en el planeta que está en vías de extinción.
Creo que siendo tan estudioso conoce a Zaratustra,
el profeta de Persia que promovió una reforma religiosa que se basa en la
escogencia entre el bien y el mal, y que se expresó así: “En el origen había
dos espíritus que proclamaron como sus principios autónomos, en pensamiento,
palabra, acción; el uno, el bien, el otro, el mal”. Y entre los dos, los
inteligentes escogieron el bien, los tontos el mal; el Senador colombiano, al
parecer, está usando las enseñanzas de Zaratustra que afirmó: “Lo que importa
es amar la verdad y fortalecer la justicia con la inteligencia, las palabras,
la acción y la conciencia”;
Petro
cree que lucha contra Arimán, el espíritu del mal que está al frente de los
demonios maléficos, y que en nuestros días y en nuestro suelo está encarnado en
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y las Autodefensas Unidas de
Colombia, a quienes sólo les falta dejar de utilizar las fosas comunes para refundir a sus víctimas y poner en uso
Las Torres del Silencio para que los buitres se encarguen de limpiar los
huesos.
En
el siglo VII d. C., la doctrina de Zaratustra fue prácticamente extirpada por
el islamismo, que en diversos aspectos le es muy inferior, pero aún hoy existen
centenares de miles de hombres fieles a la religión de Zaratustra, un 10% de
ellos viven dispersos en su país de origen. Muchos prefirieron el destierro y
se asilaron en India, sobre todo en Bombay, donde son respetados por su elevada
moral, su espíritu trabajador y su amor al prójimo; son conocidos con el nombre
de “parsis”, practican la monogamia más estricta y tienen el mismo horror a la
mentira y al engaño que los discípulos de Zaratustra de hace más de un milenio.
Vamos
a tener que leer de nuevo a Zaratustra,
incrustando en nuestra nefasta realidad sus profecías, para ver si de pronto
logramos encontrar la luz que nos saque de estas tinieblas en las que vadeamos
y sólo encontramos cadáveres de inocentes torturados y masacrados por las
hordas infames que dicen que nos quieren “liberar”, pero en el ínterin hacen
negocios turbios que únicamente benefician a sus cabecillas que exigen ser
tratados como ciudadanos de primera categoría, a sabiendas de que son unos
asesinos despiadados.
Los
diputados del Valle del Cauca fueron otros once corderos aniquilados, pero
habría que sumarles los miles de ciudadanos secuestrados, torturados y asesinados
en cada finca, caserío, poblados y ciudades de los cuales no hay un censo, y
que tal vez, con ayuda de la prensa, se lograría un acercamiento a la real
dimensión de esta horrenda masacre sin fin, que ya hace parte de nuestras
tradiciones y por tanto, son leyendas que han sido incluidas en decenas de
libros y canciones que las ratifican como parte de nuestro acervo cultural.
Columna para el miércoles 19 de septiembre de 2007.
En la medida de lo posible, les ruego el favor de que no le hagan cambios ni
correcciones. Abrazo fuerte de YASTAO.
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