Para recordar la historia, publico esta columna escrita el miércoles 7 de mayo de 2008, porque los mencionados en ella aún tienen hipnotizado al pueblo colombiano.
"El hombre imprescindible para el presidente Uribe vélez no es José Obdulio Gaviria, es el médico psiquiatra Luis Carlos Restrepo.
Este señor, digno de concienzudo análisis, es un mago que se refugia tras un embozo de hombre corrientemente bueno, de esos que no se oponen a nada de lo que su esposa quiera cambiar en su hogar, ni se desgasta en discusiones inútiles, él va a lo que va, que para ello se entrenó en la universidad. A propósito, es poco lo que sabemos de su vida anterior al año 2000.
El alto comisionado para la
paz ha soportado impertérrito algo más de un lustro, todos los embates de la
oposición, que es de derecha y de izquierda, sin agregar arrugas en su rostro,
sin perder la ecuanimidad, si extraviarse en los laberintos tendidos por la
prensa.
Ahora asalta las conciencias
del colectivo, a sabiendas de lo que hace y dice, afirmando que los partidos de
coalición que llevaron al presidente Uribe Vélez a un segundo periodo deben ser
disueltos para que asuman la responsabilidad de los actos que los tienen en
prisión, y que además, fueron beneficiados porque se arrimaron al árbol que más
sombra les daba.
El alto comisionado para la
paz no ha explicado qué se pactó en Ralito, y ha debido ser algo bueno para
todos los implicados puesto que se sometieron a la justicia sin oponer
resistencia y los que lo hicieron están muertos o están haciendo fila.
Ahora, el estar dentro de la
institucionalidad no otorga pasaporte de benigno a nadie, mas él afirma que las
personas que están al margen de la ley suministran informaciones perversas a
cuentagotas en los tribunales para alargar los procesos, tal vez esperando una
nueva coyuntura política que los saque del pantano.
Él dice, por supuesto con
el permiso del presidente, que “Nosotros nos dimos a la dura tarea de destapar
la cañería nacional. Yo me siento como el fontanero de esta nación. A mí me
tocó meterme en una cañería tapada por más de treinta años y, obviamente,
cuando salí, salí untado de lo que sabemos y me sentía muy contento por la
labor hecha y la gente me corría, porque salí con mal olor”.
En el párrafo transcrito
textualmente de la entrevista publicada por el diario El Tiempo, página 1-3, no
habla el psiquiatra, se expresa el paciente que le narra al médico sobre hechos
de su existencia, pero agregándole el tono del mártir que cree ser, y le suma
el título de una poesía que probablemente escribirá cuando su #SupraConciencia
se lo permita, me anticipo:
El Fontanero
Quise ser el fontanero que
reparara todas tu cloacas
¡Oh Patria!
La pestilencia invadió mi
esencia netamente fervorosa.
Seres patibularios asediaron
mi inmaculada aura
¡Mas no me vencieron!
Mírame ahora, plácido en mi
embajada
atendido como un rey,
pensando como el niño bueno
Que siempre seré.
Convoco a todos los poetas
colombianos, para que describan a su manera, a todos los protagonistas de la
gran debacle nacional, pero sin hacer analogías, porque eso de compararse con
Hércules es majadero, teniendo héroes nacionales.
@yastao
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