sábado, 31 de agosto de 2013

LEYES Y COSTUMBRES SANITARIAS







 LEYES Y COSTUMBRES SANITARIAS
Por Silvia Betancourt Alliegro


            Todas las costumbres son herencias del patrimonio cultural de la humanidad, que se transmiten a cada uno de los miembros del clan camufladas en leyendas y mitos; en dichos y refranes que son la condensación de la sabiduría popular.
Esto se remonta a milenios, vamos a poner un ejemplo: en la Biblia, Deuteronomio 23: 10-13, dice a la letra:
10 “Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él.
11 “Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12 Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas;
13 Tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento;

En las comunidades nativas que no han sido desplazadas de sus territorios originales por cualquiera de las causales que todos conocemos –y que no es del caso mencionar, por ahora- las parteras y los curanderos son el eje de la salud del conglomerado. Esas personas, con métodos empíricos pero basados en la transferencia generacional de los conocimientos, orientan a sus ‘pacientes’ para que practiquen algunas medidas sanitarias mínimas, tal como son sus recursos económicos y culturales.

Cuando nos hablan de salud, inmediatamente pensamos en belleza, probablemente influenciados por los medios de comunicación, pero... en el fondo es una verdad simple: no hay enfermo que se vea vigoroso. La fortaleza se adquiere, primero que todo con una adecuada alimentación; y debe ser continuada: desde el vientre materno hasta la madurez.

Vamos a ser utópicos al dar algunas recomendaciones –vivimos en el Tercer Mundo- pero aquí  van: El embrión humano crece rápidamente. En la séptima semana empiezan a formarse los miembros y los intestinos están casi formados. Hacia la décima semana ya empieza a tener forma humana. Durante estas primeras semanas, es muy vulnerable a los efectos del tabaco, alcohol, drogas o infecciones; todo lo anterior es transmitido directamente por la madre, he aquí el meollo: el potencial de salud está determinado antes del embarazo, la madre puede ser portadora de virus o de vicios peligrosos. Los cuidados que el bebé recibe en el útero y durante la infancia no pueden cambiar las características fundamentales de la herencia, pero si pueden modificar sus efectos.
 
Si el niño no padece serias afecciones hereditarias, un ambiente sano y estimulante le ayudará a desarrollar sus habilidades físicas y mentales, que le acompañarán por toda la existencia. La adquisición de habilidad mental y de coordinación física puede ser estimulada a través de actividades y juegos educativos.

Vamos a interrumpir la secuencia de los cuidados, para mostrar algunas falencias propias de nuestro medio socio económico y anímico. Pongamos el caso (que son miles) de una madre que a su vez fue hija y que no adquirió buenos hábitos en la infancia porque su madre no sabía leer, se crió en una ‘vivienda’ infrahumana elaborada con tablas, cartones, plásticos; y en la que tuvo que crecer durmiendo en el mismo lecho de sus padres, con animales domésticos y aves de corral debajo de la cama, encima de la mesa, al pie de la estufa, y que además tenía que efectuar sus evacuaciones a cielo abierto dejándolas destapadas para que los cerdos las aprovecharan, ¿con qué experiencia vivida podrá otorgarle a sus hijos una adecuada educación, unos cuidados mínimos?
Yastao

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