sábado, 31 de agosto de 2013

LIBERTAD DE EXPRESIÓN





Desde mi cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro

LIBERTAD DE EXPRESIÓN
(Advierto que no he votado jamás por Álvaro Uribe Vélez)

Siempre que aseguramos algo positivo, o negativo, el escéptico pregunta: ¿comparado con qué o quiénes?

En Colombia actualmente hay libertad de prensa, y para sustentar la opinión remito al lector a cualquier columna de algún periódico de circulación local o nacional.

Leyéndolos con detenimiento podemos afirmar que todos son (somos)libres, pues no existe la censura cuando de criticar al gobierno actual se trata; es más, jamás había asistido a un concierto de opiniones tan unánime, y que yo sepa, difícilmente le ‘cuelgan’ la columna a algún colaborador por sus conceptos unilaterales contra el presidente Uribe Vélez, que entre otras cosas es un gran pecador: trabaja demasiado en comparación con todos sus predecesores; el refranero lo condena: “Ni mucho que queme al santo, ni poco que no lo alumbre”.

Y desde la radio también se somete a todos los empleados públicos, desde el presidente hasta al portero, a críticas destructivas para causar hilaridad en la audiencia; y tampoco han sitiado una cadena radial por las críticas perversas, es más, prácticamente todas las burlas son pensadas y perfectamente elaboradas por los más conspicuos  estudiosos de la cotidianidad, poseedores de un excepcional talento, que ojalá algún día pudieran emplear en elaborar proyectos viables encaminados a mejorar nuestras condiciones de vida.

Ahora sí comparemos y miremos para arriba: Venezuela prácticamente ya no tiene prensa libre, y no quiero ni imaginarme el bloqueo socio económico que habrán tenido que soportar algunos periodistas que piensan que se puede existir de otra manera, pues las amenazas del presidente Hugo Chávez nunca son en vano, las concreta y punto.

Abajo tenemos a Ecuador, y ahí sí que tenemos de qué hablar en cuanto a la pérdida total de la Democracia: los vecinos eligieron a un hombre que no pertenece al promedio étnico y cultural de su población, que entre otras cosas no se anda con remilgos a la hora de deponer mandatarios, y (hasta ahora) el pueblo aplaude las actuaciones de Rafael Correa, quizá porque a ellos les fascina vapulear al que sea (así actúan todos los pueblos indígenas del sur de América) ¡y se encontraron con la horma precisa para satisfacer sus anhelos de aplicar latigazos a diestra y siniestra!

Podrán decir algunos que aquí asesinan periodistas... pues sí, lo mismo que en todo territorio en el que exista un conflicto armado, y para mayor desgracia, hay demasiados ejércitos –contando sin precisar, pueden ser más o menos nueve- y: “En río revuelto, ganancia de pescadores”.

Me atrevo a decir ¡así se me venga el mundo encima! Que en Colombia  algunos periodistas abusan del poder de la palabra emitida o escrita, por tener mentes del colectivo cautivas por sus excepcionales dotes intelectuales, y por las cuales cobran, en ocasiones a dos patrones de diferentes vertientes del pensamiento y de la acción. Ya no creo en la objetividad de las entrevistas a personalidades del mundo económico y político, porque las pagan, y me parece, que así se pierde la dignidad por ambas partes. 
Columna publicada el miércoles 2 de mayo de 2007… y nada ha cambiado







 


No hay comentarios:

Publicar un comentario