miércoles, 21 de agosto de 2013

LA METAMORFOSIS* DE LOS SICARIOS

Desde mi cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro

LA METAMORFOSIS* DE LOS SICARIOS

De esbirros está saturada la historia de la humanidad. Ellos están adheridos a los hombres que desean el poder; por tanto, son igualmente culpables; y aquí cabría la idea de Sor Juana Inés de La Cruz (no la transcribo a la letra): “No sé sabe quién es más culpable: si el que peca por la paga o el que paga por pecar”.


No hay justificación para los criminales; ni siquiera cuando se escudan tras palabras contundentes pero volátiles como ideología, o psicología. Porque cuando se urde la trama de un asesinato se hace a plena conciencia, no hay forma de elaborar planes sin la colaboración de esta; la reunión de dos personas en adelante para concertar un plan para la eliminación física de otras tiene altas dosis de coherencia, allí no caben las pasiones,  el razonamiento impera.

Ahora vamos a poner como ejemplo a los criminales de estado; si dos o más presidentes se reúnen para concebir un plan conducente al exterminio de miles de seres humanos (por la causa que sea, y casi siempre es para apropiarse de las riquezas terrenales) esos hombres son asesinos a gran escala, es decir, magnicidas.

Pero la historia la escriben los vencedores, y sus crímenes de lesa humanidad son retribuidos con títulos pomposos: adalid, caudillo, paladín, héroe, prócer, lumbrera, patricio, eminencia; todos sinónimos de prohombre.

Todo el que recibe emolumentos por asesinar es un malhechor, no importa si el dinero o lo que sea es pagado ‘legalmente’ o no. Y que yo sepa, no existen ejércitos conformados por espíritus encarnados superiores, que batallen  a puño limpio para asestarle una buena limpia a los infractores de las leyes de Dios.

Si un homicida  es capturado y  sometido a la justicia de los hombres, no veo por qué, si acusa a otro compinche, es premiado con penas inferiores a las que han implantado los legisladores. Al parecer, premian la delación, que es un atentado al decoro, puesto que a un crimen añaden otro: el de soplón, sapo, traidor.

Según informes de prensa, muchos de los combatientes reinsertados a la vida civil se dedican a oficios útiles para ¡la preservación de la vida! – No sabemos si les han dado suficientes estudios de relaciones humanas, de civilidad y buenas maneras, además de los rudimentos sobre los oficios que están desempeñando- pero es fácil deducir que las cosas improvisadas sobre la marcha no pueden rendir frutos de óptima calidad; es que para el proceso de una transformación se requieren esfuerzos continuados en el tiempo, veamos lo que nos dice el diccionario:
*Metamorfosis: Transformación de un ser en otro: Mudanza de forma y de modo de vida que experimentan los insectos y otros animales. Figurativo: Cambio completo en la condición y carácter.

ADVERTENCIA: Autorizada por el director de este periódico, quiero poner en conocimiento de la opinión, que un señor que se dedica a editar obras literarias ha tomado mi nombre y está llevando a cabo correcciones de estilo que quitan mérito a mis trabajos, y cobra honorarios desmesurados.  Si se llega a presentar otro caso, me veré precisada a entablar la correspondiente demanda penal y la divulgación de su nombre.
Esto suena a publicidad, pero si alguien desea contactarme puede hacerlo al teléfono 5601422; y al celular 317 231 7294. Gracias por su atención.

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1 comentario:

  1. Extraño mundo el de los sicarios, pero al pensar en ellos toca pensar en los oscuros vericuetos de la mente de quienes los contratan. No es justificable el asesinato, pero menos aún el contratar a alguien para que lo cometa para satisfacer ambiciones o desahogar odios personales. Desgraciadamente, de eso tenemos mucho en Colombia, donde la vida vale cada vez menos.
    @luisfo1951 en Twitter

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