Desde mi cocina
Por Silvia
Betancourt Alliegro
LA DEPRESIÓN SE
REINSTALA
“Esta gran nación resistirá como ha
resistido, se recuperará y prosperará. Así que, en primer lugar, permítanme
afirmar mi inquebrantable fe en que a lo único que debemos temer es al temor”.
Roosevelt, toma de posesión Marzo 1 de
1932
Más pasado un lustro (en 1937) afirmó:
“Una tercera parte de los ciudadanos aún siguen mal alimentados, mal vestidos y
mal albergados”.
Aunque el
joven estudiante lo dude, hace setenta y siete años, en las principales
ciudades de los Estados Unidos, miles de personas hacían cola para que le
regalaran la sopa de cada día, en la ciudad de Chicago setecientos mil
ciudadanos vivían de la caridad, los niños andaban descalzos y no consumían
leche. Ahora, aquí, en Cartagena, la gente está sacando las ollas a la calle
para cocinar ‘la sopa comunitaria’.
La
ley de correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las
fuerzas productivas proporciona la clave para comprender las leyes a las que
obedece el cambio de unas formas económico- sociales por otras.
La depresión económica que
afectó a casi todos los países del mundo entre 1929 y 1933 fue la más grave que
ha registrado la historia, hasta ahora, primero castigó a Estados Unidos y
posteriormente carcomió toda la estructura económica del resto del mundo
(cualquier parecido con la actualidad no es mera coincidencia),ahora, los
dueños del mundo (la Banca)
la reinstalan a través de las Bolsas de
valores.
Hay tres razones para
interpretar la primera depresión: una, la debilidad interna existente en la
economía estadounidense; dos, el endeudamiento internacional (algunos países
habían pedido prestado demasiado dinero y muchos de los préstamos procedían de
los Estados Unidos, con la caída de la
Bolsa muchos países fueron afectados; tres, las medidas
tomadas, como la protección arancelaria, la contención monetaria y los
presupuestos antiinflacionarios, solamente aumentaron los problemas, provocando
el declive del comercio mundial; eso entonces, y ahora lo restauran sin ninguna vergüenza.
La depresión anterior, por ahora no se
puede saber las consecuencias de la actual, fue la gran aliada del partido nazi
de Alemania, que en 1929 contaba con 12 representantes en el Reichstag que
contaba con un total de 600. Dos años después obtuvo 230 escaños, debido a ello
Hitler fue nombrado canciller a comienzos de 1933. Le siguieron el rastro
Italia y España; los regímenes totalitarios se unieron contra la democracia,
mientras tanto, aquí en Colombia es elegido Alfonso López Pumarejo.
De ahí en adelante todo fue
guerra y horror, el mundo se repartió geopolíticamente, los ‘padres’ de las
naciones decidieron que sólo las guerras salvan los baches económicos, las
fábricas se dedicaron a producir para la maquinaria de guerra, sin tener en
cuenta a la humanidad que languidecía de hambre, frío y desesperación.
A los señores de la guerra
nadie los ha podido vencer hasta hoy, que el planeta empieza a dar muestras de
agotamiento extremo, es posible que empiece a imperar la razón por encima de
los mercados, la Tierra
alcanza para surtir las necesidades básicas de todos los habitantes, pero para
labrarla habría que cambiar todo el sistema de valores sobre los que se ha
cimentado la civilización, empezando por la abolición del patrón monetario que
rige, es posible que los aborígenes tengan la solución definitiva en sus bien
guardadas costumbres ancestrales –que quieren patentar los invasores a través
de sus Tratados de Libre Comercio -. Imploro por el cambalache, el trueque, la
permuta, la reciprocidad, el
intercambio.
Silvia Betancourt Alliegro
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