miércoles, 21 de agosto de 2013

LA DEPRESIÓN SE REINSTALA

Desde mi cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro

LA DEPRESIÓN SE REINSTALA 

“Esta gran nación resistirá como ha resistido, se recuperará y prosperará. Así que, en primer lugar, permítanme afirmar mi inquebrantable fe en que a lo único que debemos temer es al temor”.
Roosevelt, toma de posesión Marzo 1 de 1932

Más pasado un lustro (en 1937) afirmó: “Una tercera parte de los ciudadanos aún siguen mal alimentados, mal vestidos y mal albergados”.

Aunque el joven estudiante lo dude, hace setenta y siete años, en las principales ciudades de los Estados Unidos, miles de personas hacían cola para que le regalaran la sopa de cada día, en la ciudad de Chicago setecientos mil ciudadanos vivían de la caridad, los niños andaban descalzos y no consumían leche. Ahora, aquí, en Cartagena, la gente está sacando las ollas a la calle para cocinar ‘la sopa comunitaria’. 

La ley de correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas proporciona la clave para comprender las leyes a las que obedece el cambio de unas formas económico- sociales por otras.

La depresión económica que afectó a casi todos los países del mundo entre 1929 y 1933 fue la más grave que ha registrado la historia, hasta ahora, primero castigó a Estados Unidos y posteriormente carcomió toda la estructura económica del resto del mundo (cualquier parecido con la actualidad no es mera coincidencia),ahora, los dueños del mundo (la Banca) la reinstalan  a través de las Bolsas de valores.

Hay tres razones para interpretar la primera depresión: una, la debilidad interna existente en la economía estadounidense; dos, el endeudamiento internacional (algunos países habían pedido prestado demasiado dinero y muchos de los préstamos procedían de los Estados Unidos, con la caída de la Bolsa muchos países fueron afectados; tres, las medidas tomadas, como la protección arancelaria, la contención monetaria y los presupuestos antiinflacionarios, solamente aumentaron los problemas, provocando el declive del comercio mundial; eso entonces, y ahora lo restauran  sin ninguna vergüenza.

La depresión anterior, por ahora no se puede saber las consecuencias de la actual, fue la gran aliada del partido nazi de Alemania, que en 1929 contaba con 12 representantes en el Reichstag que contaba con un total de 600. Dos años después obtuvo 230 escaños, debido a ello Hitler fue nombrado canciller a comienzos de 1933. Le siguieron el rastro Italia y España; los regímenes totalitarios se unieron contra la democracia, mientras tanto, aquí en Colombia es elegido Alfonso López Pumarejo.

De ahí en adelante todo fue guerra y horror, el mundo se repartió geopolíticamente, los ‘padres’ de las naciones decidieron que sólo las guerras salvan los baches económicos, las fábricas se dedicaron a producir para la maquinaria de guerra, sin tener en cuenta a la humanidad que languidecía de hambre, frío y desesperación.
A los señores de la guerra nadie los ha podido vencer hasta hoy, que el planeta empieza a dar muestras de agotamiento extremo, es posible que empiece a imperar la razón por encima de los mercados, la Tierra alcanza para surtir las necesidades básicas de todos los habitantes, pero para labrarla habría que cambiar todo el sistema de valores sobre los que se ha cimentado la civilización, empezando por la abolición del patrón monetario que rige, es posible que los aborígenes tengan la solución definitiva en sus bien guardadas costumbres ancestrales –que quieren patentar los invasores a través de sus Tratados de Libre Comercio -. Imploro por el cambalache, el trueque, la permuta, la reciprocidad,  el intercambio.
Silvia Betancourt Alliegro

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